No me considero una persona excelente, ni mucho menos extraordinaria. Soy complicada de entender y más complicado aun es describirme yo misma.
Empezaré diciendo que tengo virtudes y defectos, como todo el mundo. A veces soy demasiado cabezota, un poco fantasiosa y bastante negativa. Soy demasiado ordenada, ya que si no tengo las cosas en su sitio me pierdo.
Me pierdo en la realidad. La realidad yo la veo un caos, en el que todos pasamos desapercibidos y, para muy pocas personas, somos alguien en el mundo. Mucha gente que conozco y me conoce, no se sabe ni mi nombre; si soy sincera tampoco me interesa mucho saberme el suyo. Las personas que verdaderamente me conocen son las que podrían definirme con objetividad, ya que la visión que tengo de mi misma, es imposible que sea del todo cierta.
Me definen como una persona amable, cariñosa, que respeta. Dicen que tengo mucho genio, que tendría que controlarlo, y a veces tienen razón. Me gustaría cambiar eso. Pero hay veces que viene bastante bien tener genio para que no te tomen como una idiota.
Mi mundo está lleno de sueños y fantasías que algún día espero realizar. Veo la vida de color de rosa, y aunque soy bastante negativa, hay días en los que soy la más positiva del mundo y me levanto con una sonrisa desde por la mañana. Pero hay días en los que todo se ve negro, y por mucho que quieras estar bien, deseas que el día acabe.
Y como diría la canción: “y esta soy yo, asustada y decidida, una especie en extinción tan real como la vida…”.
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